Mi carrera artística transcurre muchas veces en paralelo a la de Mercedes Peris, que no sólo es artista sino también mi hermana gemela. Como hermanas comulgamos con los mismos principios esenciales sobre el arte, pero siempre manteniendo nuestra propia entidad como artistas individuales. No somos un grupo de artistas, aunque muchas veces trabajamos juntas, pero nunca en la misma obra, salvo algunas excepciones durante nuestros estudios de la licenciatura de Bellas Artes y posteriormente durante el doctorado, tiempo en el que creamos varios cortometrajes de animación dirigidos en colaboración.

Ese «trabajar juntas» la mayor parte de las veces consiste en plantearnos objetivos comunes buscando el bien del desarrollo artístico de ambas, por ejemplo realizamos actividades juntas, como practicar el dibujo del natural y exponer juntas. Así pues, nos apoyamos y ayudamos, pero la autoría de nuestras obra nunca se confunde (como hacen algunas parejas de gemelos artistas); yo no intervengo en la realización de las obras de mi hermana ni ella interviene en las mías, salvo en lo que se refiere exclusivamente a tareas no creativas, como puede ser dibujar o pintar fotogramas intermedios (inbetweens) en una animación o enmarcar nuestra obra para exposiciones. 

Ser gemelo es una experiencia fascinante, tanto como la de ser artista; y ser gemelo y ser artista tienen algo en común: el valor del carácter individual, que nunca queda en entredicho, pues si bien puede haber parecido entre dos individuos (en su apariencia física, rasgos de la personalidad, etc.) y puede haber similitud entre dos artistas (por sus principios estéticos, sus gustos, etc.) siempre sabemos que se trata de dos individuos o de dos artistas, parecidos tal vez, pero con carácter propio.

Dicho esto, le invito a conocer la obra de esta artista a la que tanto admiro, Mercedes Peris. Si usted gusta, puede buscar los parecidos y las diferencias entre su obra y la mía ¡Toda interpretación del espectador es válida!